domingo, 19 de julio de 2015

Valores Sociales

Ella no era tan delgada como para que la considerarán anoréxica. Tampoco era excesivamente gorda como para que la llamaran obesa. No tenía los centímetros suficientes como para considerarse alta y ser modelo, pero tampoco podría salir en la televisión debido a sus escasos centímetros. No cantaba bien, ni tampoco cantaba mal.

Ella simplemente era ella. Con sus defectos y sus virtudes; su aspecto físico y su propia personalidad. No destacaba en esta sociedad en la que importan más los hechos que los valores. Esta sociedad en la que o por arriba o por abajo tienes que clasificarte en algún lado. Tienes que ser especial por no saber destacar, especial por creerte única siendo una más.

Porque hay gente que odia a los que son diferentes por el simple hecho de serlos, hay gente que adora a los que destacan porque son mejores que los demás. Pero nadie se fija en la normalidad o más bien en la especialidad de ser normal. 

La incapacidad de no saber llamar la atención. Eso es lo que a ella le dolía, y eso es lo que verdaderamente le hacía única, sin ni siquiera saber que lo era. Porque esa es la paradoja verdadera de hoy en día. Destacan los normales en vez de los especiales, porque todos los especiales son iguales.

Nunca logro aceptarse a sí misma, hasta que alguien la acepto por los dos, pero eso seguía sin ser suficiente. No pensaba en nada más, simplemente en ser feliz, hasta en eso era extrañamente normal. 

Porque la prensa amarillenta nunca fue lo suyo. Porque tenía miedo de por no destacar, desilusionar al resto de personas que formaban parte de su vida; al resto de personas que la habían visto crecer y la habían enseñado a ser  humilde a la vez que bondadosa pero siempre para destacar.

Ella necesitaba conocer lo rara que era por el hecho de ser tan común. Por el hecho de perderse entre una muchedumbre en la que adoraba encontrarse a si misma. 

Eso la la hacía especial, eso la hacía singular, eso la hacía ser igual que los demás y sentirse excluida de una sociedad donde das una patada a una piedra y aparecen doscientas personas únicamente iguales. 

Porque ella se sentía normal cuando en realidad era única, porque los demás se sienten únicos imitando a un movimiento social llevado por miles de personas.

Tenía la obligación moral de encajar en una sociedad con unos criterios impuestos donde ella no entraba en ninguno de sus patrones, mientras que por otro lado, ella pretendía encajar.

Finalmente se acabo moldeando, acabó entrando en su juego y aceptando sus normas. Ahora es una más de todos ellos, ahora es únicamente normal, es parte de un todo en el que no existe la singularidad personal pero sintiéndose especial.

Él dejó de entenderla, ella se perdió a si misma, pero encontró a los demás que nunca la habían aceptado. Recibió su caja de etiquetas que la definían perdiendo su propia esencia. Se volvió parte de un grupo en el que ya podían criticarla por ser algo.

Sin embargo, dejó de ser feliz, dejó de tener su propios sueños y metas, empezó a cuestionarse cosas que antes no le importaban, cambió, pero en cambio, no evolucionó.


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