domingo, 8 de noviembre de 2015

El enanito inocente

 Esta entrada es un Reto que me propuso @LidiaCobain2 en Ask que consistía en escribir un relato utilizando las palabras:  Océano Aurora Boreal Zapatero Juego y Regadera. Espero que os guste.

 
Cuándo los bosques aún no habían sido destruidos por los humanos, los enanitos creaban sus aldéas en las zonas más humedas. Con palos de madera construían sus humildes hogares. Cuando el invierno llegaba, debían partir en busca de otras zonas más resguardadas del frío, encontrando diferentes árboles y flores silvestre que les proporcionasen sombra y refugio.En la familia nómada de Cospitán, nació el pequeño enanito Colorado, llamado así por el color de las mejillas que adornaban su piel. 

Colorado siempre iba a la escuela a escuchar las enseñanzas de su viejo profesor. Él les contaba historias sobre otras razas, decía que además de los enanos, los gnomos y los elfos, vivían también unas extrañas criaturas llamadas Humanos que se dedicaban a destruír sus bosques y quemar su comida. Colorado, que siempre fue inocente y creía en la bondad de la gente, quería descubrir eso por el mismo. No entendía como alguien podía actuar así, como podían hacer daño por gusto.

Cuando se convirtió en un pequeño enanito adolescente, tras la puesta en blanco en el que la sexta Aurora Boreal del año tiñió el cielo de azul, decidió que era el momento de resolver esa incógnita que desde años atrás venía removiéndole los pensamientos.

Habló con sus padres y reunió a unos cuantos compañeros de colegios. Juntos, como si fuera un simple juego, crearon una barca con palos de madera y la lanzaron al pequeño riachuelo que separaba el bosque del resto del mundo desconocido para ellos.
Tardaron dos días enteros en cruzar el pequeño hilo de agua, para ellos, unos enanitos, resultaba ser como un gran océano que hacía más lejano su deseo. Poco a poco, siguieron caminando hacia su destino, pasaban los días escondiéndose en las sombras de las rocas del camino, comiendo las migajas y las comidas que transportaban en sus mochilitas, y apoyándose unos a otros para demostrar que no existía verdaderamente la maldad. 

Tras meses de viaje, por fin comenzaron a dislumbrar aquella ciudad sobre la que tantos libros habían leído en el colegio. Llegaron a un pequeño comercio situado en el interior del pueblo. "Zapatero", se leía en el letrero de la puerta. Era grande y de color marrón. Se trasladaron por debajo de las mesas y sillas, intentando llegar a llamar la atención de aquel buen hombre que antendía a una señora situado tras el mostrador. Por más que gritaban y por más que saltaban, nadie parecía verlos. Estaban cada vez más desilusionados, pensando que su largo y costoso viaje no había servido para nada. 

Cuando estaban a punto de desistir, un matrimonio seguido de un niño de unos cinco años entró en la tienda. El pequeño humano, pareció dislumbrarlos, y corriendo los cogió y los metió en el bolsillo de su chaqueta. Al principio, los enanos estaban inquietos y chillaban, pero nadie parecía escucharlos. El niño les señaló con la mano que se mantuvieran en silencio. Aquella noche, mientras el resto de la familia cenaba, el niño, asustado por el tamaño mínimo de sus nuevos amigos, intentaba entenderlos, no comprendía como existían unos seres tan maravillosos y el nunca los había visto. 

¿Era posible a caso que nadie más pudiera verlos? Decidieron hacer la prueba saliendo a pasear al día siguiente por toda la ciudad. Se cruzaron con todos los habitantes del lugar. Todos saludaban al niño, pero solamente los más pequeños se daban cuenta de la existencia de los pequeños enanitos.  Definitivamente ninguno de los grandes humanos podía verlos.

Los enanos, comprendieron que no es que los humanos fueran malos, sino que no sabía que los bosques estaban llenos de vida vegetal, animal y mágica. El niño calló con su recuerdo para toda la vida. Y cuando creció, para honrar a sus pequeños amigos a los que nunca pudo volver a ver, decidió adornar los jardines del pueblo con estatuas imitando sus figuras. Creó los llamados gnomos de jardín, aquellos que adornan los espacios delanteros y traseros de las casas, que dan vida a las plantas y que suelen ser del mismo color que la regadera del lugar.

3 comentarios:

  1. Nada mejor que un desafío para crear una linda historia. Me gustó mucho, me pareció muy fresca. No estoy muy relacionado con terminología pero me pareció que era una especie de mito. Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, más o menos es una especie de mito de por qué hay enanos de jardín si nunca los hemos visto... Me vino a la cabeza el relacionarlo con los enanos por lo de Zapatero (por la historia del zapatero y los duendes) y porque me gusta el mundo mágico y hacía tiempo que no escribía nada así. Gracias, y muchos saludos!! :)

      Eliminar
  2. Pues muchas gracias por nominarme, cuando tenga un pequeño hueco lo hago y te aviso!! :)

    ResponderEliminar

¡Gracias por dejarme tu opinión!